Son suficientemente conocidas las condiciones históricas en las Américas que contribuyeron a la cosificación de los negros en general y de las mujeres negras en particular. Sabemos también que en toda situación de conquista y dominación, la apropiación sexual de las mujeres del grupo derrotado es un momento emblemático de afirmación de superioridad del vencedor. En Brasil y en América Latina la violación colonial perpetrada por los señores blancos a mujeres negras e indígenas y la mezcla resultante es el origen de todas las construcciones de nuestra identidad nacional, estructurando el decantado mito de la democracia racial latinoamericana que en Brasil llegó hasta sus últimas consecuencias. Esa violencia sexual colonial es también el cimiento de todas las jerarquías de género y raza presentes en nuestras sociedades configurando aquello que Angela Gilliam define como “la gran teoría del esperma en la formación nacional....